La calidad del aceite de oliva puede ser excelente, pero si está embotellado en un envase poco apropiado, esa calidad se ve perjudicada. Por eso es importante que cuando vayas a comprar sepas cuál es la mejor botella de aceite de oliva para asegurar una buena calidad.
1. El color de la botella. Cuando llegas al pasillo de aceites de oliva, algo que se ve desde lejos es el color de las distintas botellas. Descarta las botellas transparentes, y céntrate en las de color oscuro, ya que estas últimas impiden el traspaso de los rayos lumínicos, capaces de degradar el aceite.
2. La etiqueta. Una vez que estés delante de los aceites, observa que la etiqueta diga “virgen extra” o “extra virgen”. Esto es esencial para determinar un aceite de máxima calidad y que aporta todos los nutrientes necesarios, ya que no han sufrido ningún tipo de refinamiento, y además tienen un nivel muy bajo de acidez.
3. El tamaño. La botella de aceite de oliva de menor tamaño garantiza un consumo rápido desde el momento en que se abre la botella. De este modo, obtendrás un aceite más fresco y, por tanto, con más nutrientes para la salud.
4. La fecha de consumo. Normalmente los aceites de oliva no tienen fecha de caducidad, ya que su alta estabilidad les permite durar más tiempo en buenas condiciones. Sin embargo, los envases de AOVE Carbonell establecen una fecha de consumo preferente para asegurar que el aceite no pierda sus características y se consuma lo más fresco posible.
Además, una botella de aceite de oliva que transmita los valores de la propia tierra, como las botellas Carbonell, inspiradas en los arcos de la Mezquita de Córdoba, evoca el sabor de la tradición. Así es como se reúnen todas las generaciones alrededor de una mesa para degustar los mejores platos.