Si te apetece pasar unos días diferentes y quieres aprender junto a los tuyos el valor de la tradición, ¡el oleoturismo es lo que estabas buscando! Este tipo de turismo va al corazón de la producción del aceite de oliva y es una actividad perfecta para disfrutar en familia.
¿Dónde se puede hacer oleoturismo?
España está repleta de olivares y por eso puedes hacer esta actividad en varias zonas del país. Además, hay rutas específicas para hacer esta actividad. Por ejemplo, están las rutas del Reino de Granada, la Vía Verde de Jaén, el Molino de Zafra y la Sierra de Cazorla, en las que puedes visitar diferentes olivares, participar en la recolecta de las aceitunas, ver cómo y dónde se fabrica el aceite, conocer algunas anécdotas históricas y catar distintos tipos de aceite de oliva.
La visita a los olivares
Parte del oleoturismo consiste en visitar los olivares y disfrutar de los paisajes más típicos de España. Además, aprenderás a distinguir las distintas edades de los olivos y en algunos lugares, como en Jaén, puedes participar en la recolecta de las aceitunas si vas en la época de recolecta.
La cata de aceites
El plato principal entre las distintas actividades es la cata del aceite de oliva. Es en estas catas donde verás la profundidad del mundo del aceite, así como la diversidad de texturas, aromas y sabores.
Para ello, se ponen en funcionamiento casi todos los sentidos: la vista para ver la paleta cromática del aceite, el olfato para detectar los diferentes aromas que puede tener, el gusto para distinguir el sabor y las distintas sensaciones que puede generar y el tacto del paladar para percibir el cuerpo que tiene.
Hacer oleoturismo es esencial para conocer las raíces de tu propia tierra y de tus recetas. Además, hacerlo en familia es muy entretenido porque aprendes, al lado de los más pequeños, todos los secretos que se esconden detrás del oro líquido. ¡Es la aventura perfecta!
