1. El tipo de aceite
Para empezar, el mejor aceite de oliva es el virgen extra; este es el único que conserva todas las propiedades nutricionales del aceite de oliva. Los que se llaman simplemente “aceite de oliva”, pasan por un proceso de refinamiento que destruye muchas de sus vitaminas y antioxidantes naturales.
2. La fecha de consumo preferente
El AOVE es un aceite excelente porque es bastante estable, y esto ayuda a que tarde mucho tiempo en degradarse. Sin embargo, a la hora de comprar aceite de oliva, lo ideal es que la fecha de consumo preferente esté bastante alejada del momento de la compra. Como cualquier producto: ¡cuanto más fresco, mejor!
3. La botella
Los rayos de sol y la luz de los supermercados hacen que el aceite se corrompa, y que la fecha de consumo preferente se adelante bastante más de lo que pensarías. En este sentido, el mejor aceite de oliva siempre tiene que estar envasado en una botella oscura para que la luz no lo altere.
4. El uso que le vas a dar
Hay muchos tipos de aceite de oliva, y cada uno le da un sabor especial a tus platos. Piensa en qué vas a cocinar antes de comprar aceite de oliva. Por ejemplo, el aceite Carbonell Magna Oliva queda muy bien con pescados y recetas de cuchara; Carbonell Extra Virgen es perfecto para platos fríos; y el Carbonell Special Selection funciona muy bien tanto en platos fríos como en carnes y guisos.
Como ves, estas 4 cosas son bastante sencillas. No hace falta estar leyendo etiquetas, porque si es un aceite de oliva virgen extra, la calidad del producto está asegurada. Disfruta de una buena salud y unos minutos menos en el supermercado al elegir aceite de oliva Carbonell.